
Según las crónicas medievales, los londinenses perecidos entonces a causa de la terrible enfermedad fueron abandonados en una fosa común fuera de la ciudad, pero hasta ahora los arqueólogos no sabían el lugar exacto del entierro. El reciente descubrimiento resuelve un misterio de 660 años de edad: según afirman los especialistas, el entierro está debajo de Charterhouse Square. Ahora planean expandir su búsqueda de las víctimas debajo de la plaza con la esperanza de encontrar a más víctimas de esta epidemia que, al llegar a la costa de Gran Bretaña en 1348, supuestamente aniquiló hasta un 60% de la población.

El descubrimiento se presenta como muy importante: los investigadores esperan que la secuenciación del ADN de la antigua bacteria arroje luz sobre la evolución y extensión de la plaga en Europa en el siglo XIV, llegando a entender, por tanto, si la muerte negra fue la abuela de todas las plagas de peste que existen en la actualidad.