Es muy importante, porque se trata de la primera llamarada primaveral de este tamaño. Las últimas de la clase X fueron registradas a principios de enero y en febrero.
De acuerdo con la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica, la llamarada del pasado fin de semana y varias erupciones recientes de plasma solar (eyecciones de masa coronal) podrían desencadenar una tormenta geomagnética el 2 de abril. Los efectos de estas erupciones en general solo se sienten un par de días después de la llamarada, cuando el plasma llega a la Tierra e interrumpe su campo magnético.
Por ahora, la llamarada ya enmudeció durante varios minutos a los receptores de radio de onda corta el sábado pasado. Además, las potentes llamaradas solares pueden constituir una amenaza para los astronautas, satélites y otras naves espaciales en órbita.