Descubren cómo se formaron las placas tectónicas causantes de los terremotos

Las placas tectónicas de la Tierra, las únicas activas en el Sistema Solar, pudieron haberse formado durante mil millones de años, según asegura un grupo de investigadores en un artículo publicado en la revista 'Nature'.
Estas placas, losas entrelazadas de la corteza que flotan sobre el viscoso manto superior de la Tierra, fueron creadas por un proceso similar a la subducción que se ve hoy en día, cuando una placa se sumerge por debajo de otra, dice el informe publicado en 'Nature'.
 
Al iniciarse hace cerca de 4.000 millones de años, las partes más frías de la corteza terrestre fueron 'tiradas' hacia abajo sobre la parte superior del caliente manto, dañando y debilitando la corteza circundante. El proceso se repitió una y otra vez, dicen los autores, hasta que las áreas débiles formaron los bordes de las placas. 
 
Otros investigadores han estimado que el sistema global de las placas tectónicas surgió hace alrededor de 3.000 millones de años, pero hasta ahora no había una explicación satisfactoria de cómo aparecieron las placas y los límites entre ellas.
 
Las placas tectónicas de nuestro planeta son las únicas activas en el Sistema Solar, dándole forma a los continentes y causando los terremotos. 
 
Según los investigadores David Bercovici y Yanick Ricard, la explicación está en las propiedades microscópicas de los minerales que componen la corteza terrestre. Según sus experimentos, estos materiales más débiles se deforman en los límites de las placas y permiten que el sistema de subducción se ponga en marcha.
 
Su trabajo se centró en el estudio de los minerales que componen estas capas de la superficie y su comportamiento a determinadas presiones y temperaturas. Según proponen, estos minerales se fragmentan en granos cada vez más pequeños en determinadas zonas, lo que provoca un debilitamiento y estrechamiento del terreno y finalmente una zona en la que se hunde, como sucede en los límites de las placas tectónicas, según explica el periodista científico Antonio Martínez.

"Debido a esta retroalimentación", afirma Bercovici, "la zona deformada se hace más estrecha y afilada, y termina con el aspecto del borde de una placa tectónica".
 
Bercovici y Ricard han hecho una analogía entre la estructura de la Tierra y la de Venus para demostrar su descubrimiento. En el planeta vecino nunca ha existido actividad tectónica, y según su modelo, las temperaturas extremas en la atmósfera del planeta hacen que las zonas más débiles de la corteza 'cicatricen' en menos tiempo que en la Tierra, provocando que el proceso tectónico no se pueda poner en marcha.