Se trata de Ibrahim Soboh, de 55 años, un residente del campo de refugiados Nusairat en el centro de la Franja de Gaza que necesitó siete meses para construir y perfeccionar la planta, según el portal 'Middle East Monitor'.
Soboh se negó a revelar el secreto de su invención, pero dijo que se le ocurrió la idea cuando se puso a pensar que el plástico está hecho de combustible y los residuos plásticos, que normalmente son exportados a través de túneles, se acumulan en grandes cantidades.
En su planta Soboh derrite plástico calentándolo hasta que se convierte en vapor. El vapor se condensa en la misma máquina y se convierte en combustible.
El inventor asegura que el dispositivo procesa y convierte 1,5 kilogramos de residuos plásticos en casi un litro de combustible para consumo de algunos vehículos y motores eléctricos.
La siguiente etapa para Soboh será buscar inversores para poder crear una planta grande y así poder reutilizar toneladas de residuos plásticos acumulados en grandes superficies de la Franja. Cree que esto va a ser útil para dos cosas: fomentar el reciclaje de plástico y encontrar una manera de resolver la crisis de combustible.