Aunque los robots controlados magnéticamente no son nuevos, la capacidad de controlarlos de forma independiente ha dejado perplejos a los ingenieros. Si antes aplicaban un campo magnético externo que afectaba de la misma manera a todos los sistemas en su interior, ahora este problema se ha visto superado mediante el control de placas de circuitos que contienen patrones eléctricos específicos para mantener los campos magnéticos localizados y por separado. De este modo se pueden controlar a los robots hormigas individualmente mediante un ordenador central.
Según los investigadores, las hormigas se mueven rápidamente en cualquier dirección, ya sea en superficies curvas o en materiales flexibles. Desde SRI afirman que esta tecnología puede ser utilizada para controlar fiablemente miles de microrrobots en la fabricación inteligente de productos a pequeña escala en sistemas compactos o integrados.
El ejército de robots hormigas ya ha construido una torre de 30 centímetros de altura a partir de varillas de carbono. Los investigadores aseguran que también pueden trabajar con materiales de vidrio, metal, madera y componentes electrónicos.