"Las amenazas a los satélites estadounidenses reducirían la capacidad del país de atacar a los sospechosos de terrorismo con municiones de precisión guiadas y realizar el análisis de imágenes de programas de armamento nuclear", sostiene el estudio. "En función de la gravedad del ataque y del número de satélites damnificados, podría producirse incluso la interrupción de las actividades económicas sin efectivo", añade. De acuerdo con el informe, los países que con más probabilidad intentarán "desestabilizar" las instalaciones espaciales de EE.UU. son China, Corea del Norte e Irán.
Las amenazas que proceden de estos tres países no son exclusivamente atentados premeditados. El mayor riesgo para EE.UU., sobre todo en cuanto a China, es la basura espacial. "Algunos sectores de la órbita baja terrestre han llegado a un punto de inflexión, con centenares de miles de objetos desechados atrapados mayores de un centímetro que pueden colisionar con una nave cósmica creando muchos más escombros. El crecimiento significativo de la cantidad o densidad de los desechos espaciales podría hacer innavegables ciertas zonas de mayor demanda en el espacio exterior", comenta el informe, y acentúa que China es especialmente impertinente sobre su profusa basura espacial.
Tan solo un incidente, en enero de 2007, cuando Pekín recurrió a armas antisatélites para acabar con su satélite meteorológico Fengyun-1C, aumentó en un 40% el volumen de escombros espaciales en la órbita baja, la zona donde opera la mitad de los 1.100 satélites activos de todo el mundo. Incluso un daño accidental a un satélite de EE.UU. o de un aliado podría provocar una "gran crisis internacional" entre EE.UU. y China, sostienen los autores del documento, y recomiendan que la NASA lidere los esfuerzos internacionales de prevenir los accidentes espaciales peligrosos.