El efecto de autoenfoque (cuando un cuerpo se interpone justo entre el punto de observación y una estrella hace que en lugar de hacer la luz de la estrella más tenue, se observe un aumento en su brillo) se basa en la teoría de la relatividad de Einstein, que decía que la luz puede no tener masa, pero está sujeta a la gravedad. Con esta teoría en la mano se predijo hace 40 años, con modelos de evolución estelar de la época,
que si existiera un sistema estelar binario con una estrella similar a nuestro Sol y una enana blanca, pequeña pero con una enorme masa, entonces podría ocurrir un efecto de autoenfoque cuando el cuerpo más pequeño pasara por delante del más grande.
Eso es justo lo que los físicos Ethan Kruse y Eric Agöl, de la Universidad de Washington, en Seattle, han encontrado usando datos de la nave espacial Kepler de la NASA. Los investigadores estaban observando el sistema de estrellas binarias
KOI-3278, compuesto por una estrella parecida al Sol y por una enana blanca del tamaño de la Tierra, pero con una masa 200.000 veces mayor.
En el curso de sus observaciones, los investigadores descubrieron que la estrella de este sistema, que se encuentra a unos 2.600 años luz de distancia de la Tierra, en la constelación de Lyra, aumenta en un 0,1% el brillo durante unas 5 horas cada vez que la enana blanca cruza la línea de visión entre ella y la Tierra, es decir, cada 88,18 días. Cabe señalar que ambos cuerpos se encuentran a unos 43 millones de kilómetros de distancia, que es más o menos la distancia entre Mercurio y el Sol.
El descubrimiento, publicado en la revista 'Science', revela un nuevo método para el estudio de los sistemas de estrellas binarias, un sistema estelar compuesto de dos estrellas que orbitan mutuamente alrededor de un centro de masas común.