Un equipo de investigadores del Instituto Max Planck de Ciencias Cognitivas y del Cerebro Humano en Leipzig y la Universidad Técnica de Dresde (Alemania) ha realizado una serie de experimentos que han demostrado que el estrés puede afectar a un entorno general de una manera psicológicamente cuantificable mediante el aumento de las concentraciones de la hormona del estrés cortisol, informa la revista 'Time'.
Durante los experimentos los participantes estaban observando las situaciones estresantes a través de un espejo unidireccional y de forma virtual a través de los videos. Como resultado el 30% de los observadores de las escenas de estrés reales y el 24% de los espectadores virtuales mostraron un aumento significativo del cortisol.
"El hecho de que en realidad podamos medir esta tensión empática en forma de una importante liberación de la hormona fue sorprendente", dijo Veronika Engert, una de los autores principales del estudio. "Debe haber un mecanismo de transmisión a través del cual el estado del objetivo puede provocar un estado similar en el observador hasta el nivel de una respuesta de estrés hormonal", comenta la investigadora.
El estudio también disipa el mito común de que las mujeres son más empáticas que los hombres, al demostrar que los hombres y las mujeres experimentan el estrés enfático con la misma frecuencia. Según los investigadores, el estrés empático, por su parte, surge más cuando el observador y el individuo estresado están en una relación amorosa.