El nuevo estudio realizado por un equipo de astrónomos del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA (JPL) en Pasadena, EE.UU., sugiere que el agua del océano salado de Ganímedes podría estar en contacto con su fondo rocoso de tal manera que haría posible todo tipo de reacciones químicas incluyendo, tal vez, las que llevaron al surgimiento de la vida en la Tierra, informa el portal Space.com.
El océano gigante que se esconde debajo de la corteza helada de la luna más grande del Sistema Solar fue descubierto en la década de 1990. Hasta la fecha los científicos descartaban cualquier interacción de agua y roca al creer que había otra capa de hielo situada en la parte inferior del océano.
Sin embargo, de acuerdo con el estudio de la NASA, la composición interna de esta luna es mucho más complicada, con varias capas de hielo y agua apiladas una encima de la otra, de tal manera que el líquido sí está en contacto con la roca en la parte inferior.
"Océano de Ganímedes podría organizarse como un sándwich Dagwood", dijo en un comunicado
el autor principal del estudio, Steve Vance, refiriéndose a las varias capas de las que consta el producto alimenticio.
Vance y su equipo han desarrollado un modelo que muestra que el interior de Ganímedes contiene un océano separado por un máximo de tres capas de hielo de diferentes tipos que se producen a diferentes presiones. Sin embargo, los investigadores no pueden decir con certeza que este modelo sea una representación exacta de la realidad.
De acuerdo con los astrónomos, los océanos de agua líquida bajo las superficies frígidas de otra luna de Júpiter, Europa, y el satélite de Saturno, Encelado, al igual que Ganímedes están en contacto con su fondo rocoso, por lo que estos dos cuerpos celestes son objetivos de alta prioridad para las misiones de astrobiología en el futuro.