Frente a la creciente contaminación en el Golfo de México, EE. UU. se ve obligado a aceptar la ayuda internacional, solicitando equipamiento para capturar y bloquear el crudo vertido a casi dos docenas de países y organismos internacionales, según informó The Washington Post. La semana pasada EE. UU. aceptó ofertas de ayuda de México, Canadá, Holanda y Noruega y solicitó a la Unión Europea “cualquier equipamiento” especializado para contener el derrame.
Eso supone un cambio radical de la actitud hacia las contribuciones desde el extranjero a las obras de limpieza. El 5 de mayo el Departamento de Estado comunicó que había recibido 13 ofertas de ayuda y prometió responder en el plazo de unos pocos días. Al cabo de dos semanas anunció que no tenía razón para aceptarlas.
Después del huracán Katrina la Administración sólo aceptó 126 milllones de dólares de los 854 millones ofrecidos por 40 donantes.
Como la empresa petrolera británica es responsable de todas las obras, la toma de decisiones se convierte en un proceso enrevesado, porque las autoridades federales deben consultar con BP antes de aprobar ofertas de ayuda. Según la portavoz de la Embajada holandesa en Wahington, el mes pasado un oficial de los Países Bajos tardó mucho en negociar un acuerdo porque no estaba claro dónde acudir y quién tomaba la decisión.
Mientras tanto, el presidente Obama llegó por cuarta vez desde que se inició el vertido a las costas del Golfo en una visita de dos días.
El presidente tiene previsto pronunciar un discurso a la nación sobre el derrame al regresar de la zona afectada, el martes por la noche. También se prevé que en la reunión con los máximos mandatarios de BP el próximo miércoles, Obama exija formalmente la creación de un fondo gestionado por un ente independiente a través del que la empresa petrolera indemnizaría a los empresarios y residentes afectados por el peor desastre medioambiental en la historia del país.
En una entrevista con el rotativo Politio, Obama equiparó la catástrofe a los atentados del 11 de septiembre de 2001. "Al igual que nuestra percepción de los puntos débiles de nuestra política exterior fue moldeada profundamente por el 11-S creo que este desastre cambiará la forma en la que pensamos sobre el medioambiente y la energía durante muchos años", según indicó el presidente.
La multinacional británica, que ya ha gastado 1.600 millones de dólares en la contención del vertido, divulgó el lunes un nuevo plan con el que espera aumentar la cantidad de crudo que captura desde los 15.000 barriles actuales a los entre 40.000 y 53.000 barriles para finales de junio y a entre 60.000 y 80.000 barriles para mediados de julio.