Los geólogos de la Universidad de Brown (EE.UU.), usando los datos del Orbitador Reconocedor de Marte de la NASA, analizaron la topografía del volcán marciano Arsia Mons, una de las montañas más grandes del sistema solar. Según los resultados de su estudio publicado en la revista 'Icarus', las erupciones a lo largo del flanco noroeste del volcán se produjeron al mismo tiempo que un glaciar cubría la región hace unos 210 millones años, algo bastante reciente en una escala geológica.
Durante las erupciones, el calor habría derretido grandes cantidades de hielo, que luego se habrán convertido en cuerpos de agua dentro de los glaciares como burbujas de líquido en un cubo de hielo medio congelado. Los lagos podrían contener cientos de kilómetros cúbicos de agua, aseveran los investigadores.
A pesar de las frías condiciones del planeta rojo, el agua podría haber permanecido en estado líquido durante cientos o incluso varios miles de años, calcularon los científicos. Este tiempo podría ser suficiente para que los lagos fueran colonizados por formas de vida microbianas, si este tipo de organismos habitaban antes el planeta.
Además, los investigadores suponen que la parte del hielo glacial todavía puede permanecer en esta zona del planeta, enterrada bajo rocas.
Asimismo, el hielo puede conservar en pequeñas burbujas ejemplares de la atmósfera de Marte de cientos de millones de años atrás y los posibles restos de vida. Con ello, "un depósito de hielo existente también puede ser una fuente de agua aprovechable para la futura exploración humana", opinan los científicos.