La teleportación cuántica consiste en la transferencia de la llamada información cuántica –en este caso lo que se conoce como el espín de un electrón- de un lugar a otro sin mover la materia física a la que está fijada la información. Los bits clásicos, las unidades básicas de información en el cálculo, pueden tener solo uno de dos valores: 0 o 1. Pero los bits cuánticos, o qubits, pueden contar a la vez con muchos valores. Ofrecen la posibilidad de crear una nueva generación de sistemas de computación más rápidos y la capacidad de crear redes de comunicación completamente seguras.
De acuerdo con 'The New York Times', los científicos lo han logrado produciendo qubits y utilizando los electrones atrapados en diamantes con temperaturas extremadamente bajas. Según Ronald Hanson, el físico del grupo de Deft, los diamantes crean "minicárceles" en las cuales quedan atrapados los electrones. Los investigadores fueron capaces de establecer el espín o valor para los electrones y después leer su valor de manera fiable.
Los físicos informaron que han conseguido transferir la información cuántica a distancias cortas y ahora intentan repetir su experimento para distancias de más de un kilómetro. Si lo consiguen varias veces, será la demostración definitiva de la teoría de la mecánica cuántica.
Para completar la posibilidad de crear un Internet cuántico, la investigación ofrece la posibilidad de crear redes de ordenadores cuánticos. A día de hoy los ordenadores cuánticos, que podrían resolver ciertas clases de problemas mucho más rápido que los ordenadores más potentes usados ahora, son un objetivo que parece muy distante.