Aquella transformación resultó muy exitosa: los humanos desarrollaron la capacidad de utilizar herramientas básicas y cazar, informa 'Business Insider'. La carne ofrecía más calorías que las plantas, y esto permitió a la especie humana crecer y expandirse en nuevas áreas.
El primatólogo británico Richard Wrangham desafió esta teoría con el argumento de que el aparato digestivo de nuestros antecesores no era capaz de digerir la carne cruda. Sus datos muestran que los humanos empezaron a cocinar con ayuda del fuego hace los mismos 1,8 millones años. Opina que por eso logramos abandonar los árboles y nos convertimos en cazadores.
El paleontólogo gibraltareño Clive Finlayson presentó otra hipótesis más sobre la evolución de nuestra especie. Asegura que durante el período de los cambios climáticos en la Tierra las sequías destrozaban los bosques húmedos donde vivían nuestros antecesores.
La situación de inestabilidad provocó la necesidad de 'seguir las lluvias'. "El 'homo sapiens' fue una respuesta evolucionaria contra el riesgo de la escasez de agua", opina Finlayson. Para escapar de las áreas secas o frías y trasladarse a las regiones templadas —que iban cambiando constantemente por esos cambios climáticos— los humanos necesitaron moverse más rápidamente con piernas más largas y un cuerpo más ágil y ligero.
El científico da un ejemplo de un comportamiento semejante en un pueblo martu en los desiertos del oeste de Australia. Los miembros de la tribu detectan lluvias a larga distancia y se trasladan allí. Después de consumir el agua pluvial —que también se evapora rápidamente— los martu se trasladan a otro lugar donde haya agua.