La ciudad, que fue localizada por un grupo de arqueólogos egipcios e italianos del Centro de Restauración y Arqueología Italiano-Egipcio, y del Ministerio de Antigüedades de Egipto, fue posible gracias a la exploración magnética, geofísica y topográfica, así como a la fotografía aérea, ya que la excavación del suelo pantanoso es muy compleja. El rastreo magnético mostró que aún se mantienen numerosos edificios, rodeados por un muro gigante de forma rectangular, que podrían haber tenido carácter administrativo o religioso.
La ciudad se encuentra localizada a 25 kilómetros del puerto de Rashid o Rosetta, donde hace más de dos siglos fue hallada también la Piedra de Rosetta, que permitió a Jean-François Champollion descifrar los jeroglíficos del Antiguo Egipto.
Según el jefe de los investigadores egipcios, Mohamed Qanaui, la construcción de la ciudad se corresponde al último periodo de los faraones (724-343 a.C.). Sin embargo, algunas partes pertenecen al período helenístico y al comienzo de la época romana. El descubrimiento tiene una importancia histórica fundametal ya que permitirá saber más de la vida cotidiana así como de la apariencia arquitectónica del periodo que se extiende entre los años 343 a.C. y 395 d.C., según el ministro egipcio de Antigüedades, Mamdouh al-Damaty, citado por medios locales.