Antes de planear un vuelo tripulado hacia la Luna, "habrá que reaprender cómo alunizarze", afirmó el responsable de la oficina de planetología nuclear del Instituto de Estudios del Espacio de la Academia de Ciencias, Ígor Mitrofanov, durante una intervención en el congreso internacional de exploración del espacio COSPOR que se celebra en Moscú desde este sábado 2 de agosto, informa RIA Novosti.
Para perfeccionar el proceso de alunizaje se necesitan varias sondas lunares, según el científico. Por el momento el Instituto de Estudios del Espacio contrató la construcción de 3 aparatos espaciales para enviar a la Luna en los años próximos: Luna-25 (la primera nave para alunizar en el polo lunar en 2017), Luna-26 (una estación orbital prevista para 2018) y Luna-27 (un laboratorio lunar con varias herramientas planeada para 2019).
Cada misión lunar tendrá su propio objetivo dentro de la perspectiva global de exploración de la Luna por Rusia. La primera nave permitirá entrenar el proceso de alunizaje en el polo sur de la Luna, donde se sitúan sitios prometedores para una base lunar. La estación orbital buscará lugares óptimos para la creación de una base rusa. La tercera misión entrenará un alunizaje de alta precisión —es decir, dentro del radio de 100 metros de lo planeado— y sacará las muestras del suelo lunar desde una profundidad de 2 metros.
"Si todas las misiones alunizan y sobreviven a la denominada 'noche lunar' de 2 semanas, las consideraremos exitosas", afirmó Mitrofanov. A partir de 2020 está planeada la segunda etapa del programa lunar ruso: el envío de los astromóviles Lunojod-3 y Lunojod-4 y una misión de retorno del regolito lunar.
"Cada misión automatizada costaría en torno a 10.000 millones de rublos [en torno a 280 millones de dólares estadounidenses]. Una misión tripulada costaría 10 veces más", concluyó el científico.
La Luna no es el único objetivo del programa espacial de Rusia. El país sigue desarrollando cohetes portadores y planifica la exploración de Marte.