En Alemania se construye un túnel experimental de rayos X
En el norte de Alemania ‘bautizaron’ solemnemente las obras del túnel designado para un gigante láser de rayos X, que es un proyecto científico europeo experimental con financiación internacional. La instalación del denominado ‘XFEL’ superará los 3 kilómetros de largo y costará 1 millón de euros (1,2 millones de dólares), una cuarta parte de este montante será prestada por Rusia.
Dos escudos de avance recorrerán el importante trayecto aproximadamente dentro de dos años: primero el tramo recto y luego una especie de palma humana con cinco ‘dedos’, en cuyos extremos los físicos instalarán las trapas para las partículas bombardeadas por haces de luz láser. En suma el proyecto supondrá 5,8 kilómetros de área de investigación.
Al mismo tiempo se edificará la nueva zona investigadora sobre la ‘palma’, mientras que el propio láser se colocará en una de las plantas subterráneas del ya existente centro científico de Sincrotrón Electrónico Alemán (DESY por sus siglas en alemán). Este instituto es uno de los cedentes del nuevo proyecto y ha conseguido que toda la comunidad autónoma de Hamburgo, festeje la presente ceremonia del inicio de la actividad investigadora según la tradición cristiana: con la oración, el bautismo y el coro de hulleros que llegó para la ocasión de la localidad de Roer.
La ministra de Ciencia de la mencionada región, Herlind Gundelach, fue proclamada ‘madrina del bautizo’; y el propio túnel llevará el nombre de su santa amparadora, Herlind.
“El láser ‘XFEL’ será uno de los más grandes proyectos científicos, una herramienta única de investigación" —declaró Gundelach en su intervención—. "Esperamos que dé un importante auge para el desarrollo de estudios en numerosos campos de la ciencia. Los científicos de todo el mundo ya se preparan intensamente para participar en experimentos con uso del láser X”.
Una vez finalizadas las obras, las principales inquilinas del túnel serán las partículas elementales (inicialmente los electrones) que, acelerados hasta velocidades gigantes por un cañón electrónico, volarán entra las filas de imanes de distinta polaridad. Fuertes campos magnéticos los desviarán y los harán radiar en el diapasón X. Por fin, en una sala experimental subterránea los contarán y analizarán a todos.