Ni controles a distancia, ni movimiento corporal. La próxima generación de videojuegos podrían estar controlados por la mente. Es la sugerencia presentada en la VI edición de la Feria Internacional de Videojuegos y Ocio Interactivo, 'Gamelab', que se celebra desde el 30 de junio en la ciudad de Gijón, al norte de España, informa EFE.
El encuentro está centrado en las alternativas a la poderosa industria de las consolas: mercados de Internet, dispositivos móviles y control mental, las tendencias a tener en cuenta.
La empresa Neurosky llamó la atención con su propuesta para controlar los videojuegos mediante biosensores (cardíacos, ópticos o musculares, que no son más que respuestas de la actividad eléctrica del cerebro) que miden el estado nervioso, la concentración o la atención del individuo.
El vicepresidente de la compañía, David Westendorf, explicó que esos sensores son capaces de detectar el estado físico y emocional del jugador y emplear esas medidas para avanzar en el juego.
Así, el acierto de tiros a canasta, la capacidad de recuperación tras un disparo o el poder de los enemigos dependerían del estado de relajación del individuo.
El profesional aseguró que la próxima generación de videojuegos dependerá de estos sistemas, que aún requieren de un importante desarrollo.
Neurosky ya comercializa un dispositivo por unos 200 dólares, pero su capacidad de acción es aún bastante básica y el catálogo de títulos para disfrutarlo muy limitado.
Los asistentes también han podido jugar a todas las creaciones del genio Miyamoto, desde 'Donkey Kong' a 'Wii Fit', probar próximos lanzamientos como 'Gran Turismo 5' o 'Castlevania Lords of Shadow' y disfrutar de talleres interactivos.