Una de las ciudades había sido descubierta en la década de los 70
por el arqueólogo estadounidense Eric Von Euw que él mismo la bautizó como Lagunita. Y aunque Von Euw
dejó varios archivos sobre las ruinas, no precisó su localización, lo que frustró muchos intentos posteriores por relocalizarla, hasta ahora.
La segunda ciudad —descubierta por la misma expedición cerca de Lagunita y nombrada Tamchen— sale ahora por primera vez a la luz y constituye un nuevo hallazgo arqueológico que podría ayudar a conocer mejor la civilización maya.
Ivan Sprajc, del Centro de Investigación de la Academia de Ciencias y Artes de Eslovenia, que lideró la investigación, sostiene que estos hallazgos se lograron gracias a la ayuda de unas fotografías aéreas de la selva tropical en Yucatán, en el estado mexicano de Campeche.
En las imágenes, los expertos observaron algunas anomalías entre la vegetación, por lo que decidieron llevar a cabo una expedición. Fue así como encontraron Lagunita, una ciudad entera que se extiende por cerca de 12 héctareas, al igual que Tamchen.
Uno de los monumentos de esta ciudad que más ha impresionado a los arqueólogos es una enorme puerta que tiene tallada una boca gigantesca que, según han explicado, "representa una deidad maya de la fertilidad de la tierra". "Estas puertas simbolizan la entrada a una cueva y, en general, a un mundo acuoso, lugar del origen mitológico del maíz y morada de los ancestros", explica Sprajc.
Los expertos aventuran que Tamchen pudo haber sido construida en el periodo Preclásico (300 a.C. - 250 d.C.) y antes que Lagunita. Esta investigación ha sido posible gracias al patrocinio de la fundación estadounidense Ken y Julie Jones Charitable Foundation, así como de las empresas privadas: Villas (Austria), Hotel Rio Bec Dreams (México), y Ars longa y Adria Kombi (Eslovenia).