Los investigadores, encabezados por el Nobel de Medicina Susumu Tonegawa, lograron manipular las emociones de ratones con la ayuda de un láser que estimula ciertos circuitos neuronales del hipocampo, una pequeña sección del centro del cerebro responsable de la memoria espacial y la navegación que ayuda a recordar el dónde y el cuándo de los acontecimientos. También estimularon la amígdala cerebral, donde se procesan y almacenan las reacciones emocionales relacionados con la memoria.
La fase experimental
Para llevar a cabo el experimento, se colocaron ratones macho en un lugar específico de un cajón y se les indujo a asociar ese punto con emociones positivas a base de hacerlos interaccionar con ratones hembra. En otro lugar de la caja se les indujo una asociación negativa a base de descargas eléctricas. La reacción normal de los animales fue la de evitar el rincón malo y doloroso y preferir el bueno con sus congéneres del sexo contrario.El siguiente paso fue el de modificar su comportamiento con ayuda del láser. Cuando el ratón se encontraba en una de las dos posiciones, se le apuntaba con el láser a las zonas de la memoria, de tal forma que los ratones evitaban el rincón 'positivo', optando por aquél donde recibieron descargas eléctricas en el pasado.
Tonegawa explicó que, partiendo de la conexión existente entre el hipocampo y la amígdala, han descubierto que "es posible cambiar las asociaciones que unen la memora contextual con sus correspondientes emociones, de negativo a positivo y al revés". Asimismo, subrayó que está nueva técnica permitirá la investigación y tratamiento de los problemas psicológicos en seres humanos, como el estrés postraumático y la depresión.
"No utilizamos ninguna sustancia química, como los medicamentos. Esto abre nuevas puertas para el futuro de la psicoterapia", reconoció Roger Redondo, coautor del experimento.