Los aficionados a las películas sobre catástrofes espaciales a menudo no creen que tales escenarios puedan convertirse en realidad. Mientras tanto, los científicos elaboran un sistema de vigilancia capaz de prevenir el choque de algún asteroide enorme contra la Tierra.
El Gran Hermano nos está vigilando, pero esta vez para garantizar la seguridad global. Desarrollado para el monitoreo de la Tierra desde el espacio, el nuevo sistema de vigilancia internacional conocido como IGMASS está destinado a alertar sobre posibles catástrofes naturales o tecnológicas en cualquier parte del planeta, incluso la colisión de un asteroide.
En una época de un creciente número de pronósticos apocalípticos, parece cada vez más probable que las imágenes estremecedoras al estilo de la película Armagedón pasen de la pantalla a la realidad.
“Si un meteorito choca con la Tierra, esto levantaría una gran nube de polvo y causaría severos cambios climáticos. Un tsunami gigante azotaría e inundaría las ciudades costeras. La colisión de un asteroide contra la Tierra podría poner en peligro de extinción a todas las formas de vida o, al menos, tener consecuencias destructivas”, dijo Valeri Ménshikov, director del Instituto de investigación Científica de Sistemas Espaciales.
Ese es el caso del asteroide Apophis, cuyo acercamiento a nuestro planeta en las próximas dos décadas afectaría a una región del tamaño de Francia y destrozaría numerosos satélites artificiales.
El grupo de expertos que se dedica al desarrollo del sistema IGMASS espera que los artificios de monitoreo de última generación emplazados sobre todos los continentes anticipen e impidan éste y cualquier otro peligro.
“Tenemos que aumentar radicalmente el número de aparatos de monitoreo. Si notamos un asteroide tendremos que destruirlo con una bomba o, lo que sería más eficaz, desviarlo de su trayectoria. Debemos actuar antes de que sea demasiado tarde”, sostuvo Ménshikov.
Mientras tanto, algunos astrónomos aseguran que es ínfima la posibilidad de que un asteroide amenace la vida terrestre en los próximos dos siglos y que todos los meteoritos han sido identificados por los sistemas de vigilancia existentes.
“Los medios pretenden llamar la atención a cualquier amenaza. Los asteroides representan peligro, pero hemos logrado convertir en certeza la probabilidad de antes. No hay necesidad de dejarse llevar por el pánico”, expresó Serguéi Barabánov, director del observatorio de Zvenígorod en la región de Moscú.
Dicho sistema de vigilancia aeroespacial, iniciado y liderado por Rusia, ya cuenta con el respaldo de la ONU así como con los recursos de los programas nacionales de China, Estados Unidos, Francia y Japón, entre otros.
Sin embargo, los críticos del propuesto plan de monitoreo global califican a su costo —que podría superar los trescientos mil millones de dólares— como un desperdicio de proporciones cósmicas.
“En vez de un sólido trabajo de observación se nos ofrece una solución grandiosa. Pero, en mi opinión, mantener una corporación tan grande con numeroso personal requerirá mucho dinero”, resaltó Barabánov.
Aún así, los desarrolladores de IGMASS no pierden la esperanza de ganar más apoyo de gobiernos y organismos internacionales. En caso de éxito, será uno de los proyectos más ambiciosos de la historia.
Pero aunque el acercamiento de un asteroide todavía parece una cosa demasiado lejana, miles de millones de dólares siguen destinándose a la producción de éxitos apocalípticos hollywoodenses.