Se cree que el campo de Higgs, que da lugar al bosón de Higgs, regala peso a otras partículas, ralentizando su movimiento a través del vacío del espacio. Supuesta en la década de 1960, la partícula finalmente apareció en el Gran Colisionador de Hadrones en el CERN, cerca de Ginebra, Suiza, en 2012, y algunos de los científicos detrás de este descubrimiento recibieron el Premio Nobel de Física en 2013.
La idea en realidad apareció tras observar el comportamiento de los fotones en los superconductores, metales que, cuando se enfrían a temperaturas muy bajas, permiten que los electrones se muevan sin resistencia.
Cerca de cero grados kelvin, en el material superconductor se configuran vibraciones que ralentizan los pares de fotones que se desplazan por él, haciendo que la luz actúe como si tuviera masa. Este efecto está estrechamente ligado a la idea del Higgs; "en realidad, es su madre", dice Raymond Volkas, de la Universidad de Melbourne, en Australia.
Esas vibraciones son el equivalente matemático de las partículas de Higgs, dice Ryo Shimano, de la Universidad de Tokio, quien dirigió al equipo que realizó el descubrimiento, informa 'The New Scientist'. La versión del superconductor explica la masa virtual de la luz en un superconductor, mientras que el campo de partículas de Higgs explica la masa de los bosones W y Z en el vacío.