La hipótesis, que ha sido propuesta por un grupo de científicos del Instituto de los Problemas de Transmisión de Información de Moscú en un artículo publicado en la revista ‘Biology Direct’, parte de la idea de que algunos microorganismos obtendrían una ventaja evolutiva animando a sus portadores humanos a realizar ciertas actividades que favorecen la transmisión de los microbios.
La hipótesis está relacionada con los resultados de otras investigaciones recientes que han comprobado que ciertos microbios pueden afectar al sistema cognitivo de las personas, el sueño, la personalidad, los hábitos alimentarios o el estado de ánimo entre otros aspectos. Los investigadores también aluden a numerosos ejemplos en el mundo animal que confirman dicha hipótesis. Por ejemplo, mencionan el virus de la rabia, que es capaz de moverse desde el punto de la infección inicial hasta el sistema nervioso central, lo cual incrementa el nivel de agresividad del animal que, mordiendo a otros animales, favorece la difusión de la infección.
En este sentido, los citados científicos han llegado a la conclusión de que ciertos aspectos del comportamiento religioso de los seres humanos podrían estar influidos por los microbios que habitan el organismo humano y que la transmisión de algunos ritos religiosos podría verse como un contagio no solo de ideas sino también de organismos parásitos. Para los defensores de esta hipótesis, prácticas religiosas como la circuncisión o la ablución serían indicativos de transmisión de enfermedades contagiosas.
Una de las posibles consecuencias de esta hipótesis, en el caso de ser confirmada, es que nos permitiría comprender mejor el origen y el carácter generalizado de algunas prácticas religiosas. Por otra parte, los investigadores pronostican un descenso en la participación de las personas en los ritos religiosos en las sociedades con mejores condiciones sanitarias.