Hace unos 66 millones de años un asteroide de unos diez kilómetros de diámetro impactó contra nuestro planeta en lo que es ahora la península de Yucatán (México), abriendo un cráter de 150 kilómetros de diámetro.
Tres cuartas partes de todas las plantas y animales de la Tierra, incluidos los dinosaurios, se extinguieron después del impacto, que provocó un gran tsunami, incendios forestales, terremotos y un largo invierno. Este causó una acumulación de polvo en la atmósfera y estratosfera terrestres que impidió la llegada de radiación solar.
Pero una nueva investigación publicada en la revista 'Public Library of Science' sugiere que el cataclismo supuso un punto de inflexión para las plantas de hoja caduca que ahora dominan la vegetación en nuestro planeta.
Según el estudio, tras el impacto del meteorito contra la Tierra, las especies de plantas de hoja caduca, que tienen un rápido crecimiento, tomaron el relevo a las plantas de hoja perenne que entonces predominaban.
"Ante un evento catastrófico como el impacto de un asteroide, todas las especies tenían la misma probabilidad de morir, y la supervivencia del más apto no se aplica en estas circunstancias", afirmó el doctor Benjamin Blonder, de la Universidad de Arizona, EE.UU.
Blonder sugiere que el impacto del asteroide fue como reiniciar un ordenador para comenzar de nuevo. "Nuestra hipótesis es que algunas especies tienen propiedades que les permiten sobrevivir", agregó.
"Las plantas de hoja caduca tienen un rápido crecimiento y pierden su follaje durante una parte del año. Por su parte, las plantas de hoja perenne, como el acebo, tienden a tener un follaje más complejo en su composición haciéndolas robustas y duraderas. No obstante, el follaje de las plantas de hoja caduca son de corta duración y de una constitución más simple, pero fácil de reemplazar, lo que les ayudó a sobrevivir al fatal invierno surgido tras el impacto del asteroide", explicó el autor del estudio.
De acuerdo con las conclusiones del investigador, "probablemente estas características son las responsables de por qué los bosques contemporáneos son generalmente de hoja caduca y no perennes".