De acuerdo con el estudio, algunas personas no se ven afectadas por el consumo de edulcorantes artificiales, mientras que a un porcentaje desconocido de humanos esta sustancia les produce diabetes debido a ciertas diferencias en los microbios intestinales.
En una serie de experimentos en ratones y humanos, los investigadores examinaron la interacción entre los microbios y el consumo de los edulcorantes artificiales más populares como el aspartamo, la sucralosa y la sacarina. Dependiendo de los tipos de microbios intestinales de cada individuo, algunas personas y ratones experimentaron, después de consumir los edulcorantes durante un corto periodo, un aumento de dos a cuatro veces del azúcar en la sangre que con el tiempo puede provocar la diabetes.
"La magnitud de las diferencias no eran de tan solo un pequeño porcentaje, sino variaciones muy dramáticas que hemos visto tanto en los ratones que en los seres humanos", comenta Eran Segal, biólogo computacional del Instituto Weizmann y coautor del estudio.
A pesar del impacto que ha tenido la investigación en el mundo científico, sus autores admiten que es solo la primera etapa en el estudio de los efectos de los edulcorantes en la salud y todavía queda por explicar cómo diferentes poblaciones de microbios intestinales podrían cambiar la capacidad de una persona para procesarlos.