En julio de 2013, la sonda Cassini fotografió Titán cuando pasaba por delante del mayor satélite de Saturno. Al estudiar posteriormente las imágenes, los expertos de la NASA descubrieron una extraña mancha blanca en Ligeia, uno de los mares más grandes de esta luna, compuesto principalmente de metano y etano.
La mancha, de un área de 75 kilómetros cuadrados, se podía ver claramente a unos 6 kilómetros de la montañosa costa sur de este mar, de 150 metros de profundidad y que se extiende cientos de kilómetros en el hemisferio norte de Titán. Las anteriores imágenes, captadas en 2007 y 2009, no mostraban ningún objeto en esta zona. En las capturas posteriores, la formación, que los astrónomos llaman 'isla', volvió a desaparecer.
Ahora, en una foto sacada por Cassini el 21 de agosto de 2014, el misterioso objeto ha vuelto a hacer acto de presencia. Sin embargo, presenta un nuevo aspecto: tiene otra forma y ha doblado su tamaño, puesto que su extensión actual es de unos 160 kilómetros cuadrados. De momento, los científicos todavía no tienen una hipótesis clara sobre el origen del fenómeno: suponen que se podría tratarse tanto de olas sobre la superficie del lago normalmente plácido como de un efecto causado por la afloración de burbujas o sólidos flotantes o suspendidos justo debajo de la superficie.
La mayor luna de Saturno, una de las 60 que tiene el planeta, es el único lugar conocido fuera de la Tierra que contiene líquidos estables en su superficie, así como precipitaciones, y en ella las sondas espaciales han detectado decenas de lagos. Los tres más grandes llevan nombres de bestias mitológicas (Kraken, Ligeia y Punga) y son lo suficientemente grandes como para calificarlos de mares.