"Las neuronas son células vivas con su metabolismo y necesitan glucosa para funcionar. La glucosa es un combustible cerebral igual que la gasolina para los coches", afirmó el investigador neuronal Daniel Levitin en el podcast 'Inquiring Minds'.
El científico señaló que la situación se está agravando con el creciente ritmo de la vida que requiere que se tomen más decisiones en cada vez menos tiempo.
En su libro 'The Organized Mind', Levitin propone una solución para paliar la tensión de la edad digital: externalizar la memoria, encargando a los dispositivos tomar decisiones no importantes, sea mediante calendarios programados u otra aplicación recordatoria, para que uno se pueda centrar en sus tareas sin preocuparse por si se gestiona el tiempo de manera razonable.
Igual que un programa navegador nos lleva por la ruta y permite centrarnos en lo que pasa en la autopista y no en la memoria cartográfica.
Según el autor, esta es una mejor manera de utilizar un dispositivo móvil que, por ejemplo, tuitear o actualizar la composición de un equipo de fútbol virtual durante una llamada.
Levitin advierte que los humanos no desempeñamos bien varias tareas a la vez.
"Es imposible hacer cuatro o cinco cosas a la vez, más bien el cerebro pasa de una cosa a otra rápidamente", explicó. Además de consumir toda la glucosa, "estos cambios de atención llevan a que el cerebro empiece a producir cortisol, una hormona de estrés".
"Esto es algo que te hace sentir mentalmente nublado, nervioso e infeliz", señaló.
¿Cómo superar la fatiga mental?
Pero si es imposible evitar que se sobrecargue el cerebro, para recuperarse el científico recomienda desconectarse y permitir que la mente sueñe despierta.
"Es como apretar el botón de reseteo, y este modo es inaccesible a mensajes textuales o navegación por Facebook", dijo Levitin.
Sin embargo, soltar la mente no es algo fácil en nuestra época digital.
Levitin mencionó un experimento en el que los participantes tuvieron que escoger entre permanecer en un cuarto a solas con sus pensamientos durante seis a quince minutos, sin ningún dispositivo móvil o someterse a una leve descarga eléctrica.
Resultó que estar sentado tranquilamente sin distracciones es poco atractivo.
"La mayoría de las personas optaron por el electrochoque. Se trata de gente de todas las edades, no solamente los niños", contó el investigador.
El científico hace una distinción clara entre liberar los pensamientos y estar constantemente distraído por la mente errante mientras uno debe centrarse en una tarea particular.
De cómo uno use el cerebro podría ser una llave a la productividad, el sentido de la felicidad e incluso la buena salud mental.