El enigmático agujero, catalogado como SWIFT 1753.5-0127, es lo suficientemente grande como para ser producto del colapso de una estrella moribunda. Sin embargo, no puede ser asociado con las supernovas que explotan y generan, a partir de su núcleo, los agujeros negros supermasivos que abundan el espacio.
"Las estrellas tienen diferentes tamaños, así que se podría pensar que los agujeros negros también deben existir en todos los formatos", sugiere la revista 'Tekniikka&Talous'. "Sin embargo, todos los agujeros negros conocidos hasta la fecha tenían una masa como mínimo cinco veces superior a la del sol".
Hasta ahora se desconoce el destino final de las estrellas que no pasan por el ciclo de degradación desde supernova hasta convertirse en un diminuto hoyo negro. La ciencia admite la existencia de unos objetos celestes parecidos, pero no tiene una explicación matemática o datos de ningún observatorio espacial que enseñen cómo podrían haberse formado.
Los astrofísicos de la Universidad de Turku y la de Oulu (ambas en Finlandia), que catalogaron el objeto SWIFT 1753.5-0127, todavía no están seguros de si han descubierto algo excepcional o una clase nueva de agujeros negros.