La investigación, que consistía en conectar los cerebros de tres parejas de participantes a través de Internet, la llevó a cabo con éxito el doctor Andrea Stocco y sus colegas de la Universidad de Washington, informa 'The Independent'.
Durante el experimento, cofinanciado por la Oficina de Investigación del Ejército de EE.UU, tres personas remitentes conectadas a una máquina de electroencefalografía, un dispositivo que recoge la actividad cerebral, debían proteger una ciudad del ataque de un barco pirata lanzando misiles hacia la nave.
Sin embargo, el mando que controlaba los cohetes se encontraba en un cuarto situado a un kilómetro de distancia, en las manos de sus compañeros de equipo que actuaban como receptores. Estos tres participantes estaban equipados también con un casco magnético diseñado para estimular la parte del cerebro responsable de controlar los movimientos de la mano.
De este modo, los tres receptores tenían que lanzar cohetes en el videojuego de los remitentes sin ver la batalla. A pesar de la aparente dificultad, la tasa de éxito alcanzado por las tres parejas osciló entre el 25 y el 83 por ciento.
Stocco cree que si la neurociencia y la tecnología continúan avanzando al ritmo actual la comunicación intercerebral podría tener aplicaciones prácticas dentro de tan solo 20 años, y las personas que han sufrido daños cerebrales serían de los primeros en beneficiarse de estas técnicas.
"Los pacientes tienen que volver a aprender actividades motoras simples como caminar, agarrar, o tragar, y eso es un proceso lento y doloroso. Tenemos la suposición de que la fase de reaprendizaje podría ser muchísimo más rápida si pudiéramos proporcionar al cerebro dañado una 'plantilla motora' copiada de una persona sana", explicó Stocco.