Un grupo internacional de astrónomos que analiza observaciones de telescopios como el Swift de la NASA ha descubierto una inusual fuente de luz en una galaxia situada a unos 90 millones de años-luz de la Tierra.
Al juzgar por las interesantes propiedades del objeto, es posible que se trate de un enorme agujero negro expulsado de su galaxia después de la fusión con otro agujero negro gigante. Al mismo tiempo, la fuente llamada 'SDSS1133' puede ser el remanente de una gran estrella que estuvo en erupción durante un tiempo récord antes de ser destruida en una supernova.
"Con los datos de los que disponemos, aún no podemos diferenciar entre estos dos escenarios", ha comunicado el investigador principal Michael Koss, astrónomo del ETH Zurich, el Instituto Federal Suizo de Tecnología. "El fascinante descubrimiento realizado por el Swift de la NASA es que el brillo de SDSS1133 ha cambiado poco en luz visible o ultravioleta durante una década, lo cual no se observa normalmente en un remanente de supernova joven".
Koss y sus colegas informan de que la fuente ha sido significativamente luminosa -en luz visible- durante los últimos seis meses, una tendencia que, de mantenerse, reforzaría la versión sobre el agujero negro. Para analizar el objeto en mayor detalle, el equipo está programando observaciones ultravioletas con el Espectrógrafo de Orígenes Cósmicos a bordo del telescopio espacial Hubble para octubre de 2015.
El misterioso objeto se encuentra en la galaxia enana Markarian 177, que se encuentra en el 'tazón' de la Osa Mayor, un patrón estelar conocido dentro de esta constelación. Aunque normalmente los agujeros negros grandes suelen ocupar los centros galácticos, la fuente de luz SDSS1133 está situada a menos de 2.600 años luz del núcleo de la galaxia anfitriona.