Un tomógrafo desentrañará el enigma de la momia de Kydym

Los científicos de Novosibirsk enviaron a la única momia altaica, la llamada princesa Kydym, aproximadamente de 2.500 años de edad, a hacer una tomografía en el próximo centro médico. El diagnóstico no promete ser fácil, a diferencia de los casos de aplicación del mismo aparato a los humanos vivos.

El director adjunto del Instituto de la arqueología y la etnografía de la sección siberiana de la Academia de Ciencias de Rusia, el académico Viacheslav Molodin admitió que él mismo no sabía con qué razón lo hizo. "El encanto de la ciencia consiste en lo que no sabes, a veces, el resultado. Hay un optimismo, que pueden aparecer los nuevos datos”. “Pero no sé cuáles”, agregó.

Cuando vio por primera vez a esta joven alta, delgada, con atavíos maravillosos y el tatuaje inolvidable sobre su brazo izquierdo, se obsesionó con la única pregunta: ¿porqué había muerto? Sacado del hielo de la zona de congelación permanente en la región montañosa de Altai, el cuerpo se le presentó excelentemente conservado. Bien es verdad que tampoco pudo descifrar entonces el tatuaje que podría atribuir su pertenencia a una clase social determinada.

No cabía duda de que era una persona noble. Bien podría arrancar del tiempo de matriarcado, porque el rito de su entierro por los hallazgos auxiliares parecía muy rumbático. Su edad de 25 años fue detectada con bastante certeza. El material genético fue tomado varias veces y el genoma, descifrado en la última ocasión, asoció a la princesa con los míticos arios: visualmente tampoco había algo en ella que la acercara con los mongoloides que poblaron Altai siglos más tarde.

Mientras no se representaba ninguna ocasión para conocer su nombre ni su estatuto preciso en la jerarquía social de aquella época —debido a la ausencia total de fuentes escritas que caractericen el período—, el único enigma que el científico percibió como un reto fue la causa de la muerte de una mujer joven.

Solo el análisis detallado de los cuadros de tomografía podría entregar al científico una información añadida. El académico Molodin no excluye que unos nuevos métodos más sofisticados de la investigación del cuerpo o material humano puedan desentrañar más adivinanzas. Pero, por el momento, no existía otro método que le pudiera ayudar más, por eso decidió entregar la momia a los médicos que recientemente se hicieron con un tomógrafo moderno.

Los vecinos altaicos de hoy —siendo la región muy rica de la mitología pagana— están convencidos de que en el tatuaje que no lograron comprender los científicos, está escondida la información importante para la humanidad, pero todavía no ha llegado el tiempo para leerla. Además, éstos creen que la mujer era la sacerdotisa y ha muerto voluntariamente para que desde el túmulo fúnebre proteger la Tierra de los espíritus de mal.