Arqueólogos canadienses encontraron al navío británico Investigator (Investigador), atrapado en los hielos del Ártico hace más de 150 años en el marco de una expedición de rescate enviada en búsqueda del investigador polar John Franklin y su tripulación. Así lo informó la Agencia Canadiense Para la Conservación del Patrimonio Cultural y Natural, Parks Canada.
Según informa el sitio web de la agencia, los arqueólogos hicieron en el Ártico varios hallazgos sin precedente, al localizar exitosamente al Investigator y el lugar donde fueron enterrados tres miembros de su tripulación.
La expedición perdida encabezada por el oficial marino británico John Franklin en los buques Erebus y Terror fue enviada para encontrar el paso desde el océano Atlántico hacia el Pacífico a través del Ártico, el llamado Paso del Noroeste. Franklin junto con su tripulación, 128 marineros, salieron de las costas de Gran Bretaña en mayo de 1845. Las últimas noticial de la expedición fueron recibidas en agosto del mismo año, luego de que se perdieran todas las huellas de la misión y su destino fuera desconocido.
Pasados tres años, en 1948 comenzaron intentos de buscar a los investigadores polares perdidos en los hielos. En particular, en 1850 fue enviado el navío Investigator dirigido por Robert McClur. El buque zarpó de Inglaterra, atravesó el paso de Bering y empezó su trayecto por los estrechos árticos canadienses para encontrar el buque Enterprise que iba a su encuentro desde el este.
Pero cerca de la bahía Mercy el Investigator fue atrapado por los hielos y el 3 de julio de 1853 fue abandonado por la tripulación, a la que después la recogió otro barco. El lugar exacto donde el Investigator se fue a pique era ignorado, solo tras unos 150 años los arqueólogos lograron hallarlo.
En el marco de la expecición comenzada el 22 de julio, los investigadores escanearon el fondo de la bahía de Mercy con un sonar y obtuvieron la imagen específica del casco del buque. El navío se queda en posición vertical bajo el agua a una profundidad de 11 metros. Según comentó el jefe de investigaciones arqueológicos submarinas de Parks Canada, Marc André Bernier, está en estado perfecto y se conservó gracias al agua muy fría.
Los científicos no piensan sacar el buque del mar. Unos robots especiales les ayudarán estudiarlo en la profundidad. Asimismo, los arqueólogos encontraron tres tumbas de miembros de la expedición que murieron de escorbuto en el abril de 1853 y también pedazos de una lancha y restos del almacén de víveres. Según afirman los investigadores, para ellos el trabajo esta sólo en sus inicios.