El proyecto se encontrará en una terminal abandonado de 116 años de antigüedad bajo el Lower East Side, que se utiliza como almacén desde 1948. En la superficie se instalarán recolectores la luz solar que convertirán el espacio subterráneo en un oasis lleno de luz y de vegetación, informa hi-news.ru.
El parque ofrecerá a los residentes de la ciudad lugares de descanso, exposiciones de arte, presentaciones musicales, lecturas y actividades para niños.
El Low Line supondrá un desembolso de 60 millones de dólares, cantidad reunida por fundaciones privadas con el apoyo del Estado. Según los creadores se necesitarán unos cinco años para transformar los 4.000 metros cuadrados de este lugar abandonado en una ciudad en miniatura del futuro.