El cauce del Amur estará libre de barricas chinas con compuestos tóxicos

Las aguas del Songhua presuntamente ensuciadas con materiales químicos de una planta china, que resultó damnificada durante una inundación en julio, alcanzaron la embocadura de este río y entraron en el cauce del Amur, uno de los diez ríos más grandes del mundo. Según afirman las autoridades chin

Las aguas del Songhua presuntamente ensuciadas con materiales químicos de una planta china, que resultó damnificada durante una inundación en julio, alcanzaron la embocadura de este río y entraron en el cauce del Amur, uno de los diez ríos más grandes del mundo. Según afirman las autoridades chinas, todas las 7.100 barricas que contenían compuestos potencialmente tóxicos, han sido recolectadas por el Servicio de la Defensa Química.

El Songhua (o Sungari, según lo denominan en Rusia y otros países del mundo) afluente del Amur precisamente en la línea de la frontera estatal que divide las dos potencias, así que todo la corriente del río ensuciado constituye la zona de responsabilidad de China. Los ecologistas rusos pudieron controlar la composición del agua solo en la embocadura los días 9 y 10 de agosto, y eso les permitió constatar la ausencia de materiales escapados en una concentración excesiva. Por el momento, todo comprueba que los chinos demostraron un enfoque responsable a la hora de prevenir la catástrofe ecológica que parecería inevitable.

Cabe recordar que las autoridades de este país informaron a la parte rusa el mismo día de la avería, cuando las aguas que habían inundado el río Songhua llevaron consigo más de 7.000 barricas. Dos días más tarde precisaron que sólo 3.000 contenían materiales químicos, mientras las demás estaban vacías. Entre los compuestos nombraron al clorado de trimetilsililo y hexametildisiloxano, necesarios para la producción de los polímeros.

El aviso del probable escurrimiento de 510 toneladas de carga peligrosa de alta concentración alarmó a toda la sociedad rusa, puesto que los pobladores de los territorios adyacentes al río Amur usan su cauce como la única fuente del agua potable. No obstante, aún a finales de julio la Defensa Química sacó del agua cerca de la mitad de barriles. Con este fin, construyeron dos diques debajo del lugar de la avería y una docena de barreras de otro tipo para detener los recipientes de la carga peligrosa. Este trabajo continuó durante la primera semana de agosto.

Aunque ninguna de las barricas logró cruzar la frontera, aparecía información de que varios se despresurizaron e incluso explosionaron echando su contenido venenoso —todo un material hidrosoluble— en las aguas del río. Las recientes pruebas desmientes aquellos datos y eso hace concebir esperanzas de que no habrá que cesar la toma de agua de Amur: la medida para la que ya han sido preparadas las autoridades del Oriente Lejano ruso.