El duelo WikiLeaks contra los regímenes censores ha tenido un giro muy inesperado. Las autoridades suecas han hecho pública la noticia de que habían expedido una orden de arresto contra Julian Assange, el fundador de la página web WikiLeaks, un sitio especializado en proveer acceso a materiales secretos a los usuarios de la Red.
Sin embargo, los cargos no se deben en esta ocasión a una violación de los intereses de la seguridad nacional de un estado, ni de una batalla perdida en la lucha por la libertad de la información. La orden fue emitida en base a las acusaciones de violación y de molestia presentadas contra Assange. Karin Rosander, la jefa de comunicaciones de la Fiscalía sueca, comunicó a BBC que se trata de dos acusaciones separadas y que los incidentes alegados tuvieron lugar en Suecia, pero no dio más detalles.
Se sabe que la semana pasada Assange estuvo en Suecia con el objetivo de hablar de su trabajo y defender la decisión de WikiLeaks de colocar en la web más documentos secretos sobre las campaña militar estadounidense en Afganistán.
Rosander precisó que la policía sueca ya ha intentado ponerse en contacto con Assange, pero éste ha desaparecido.
Mientras tanto, en Twitter no tardó en aparecer un mensaje que asociaron de inmediato con Assange. La nota decía que las alegaciones que aparecían "en ese momento son muy perturbadoras". En otros mensajes colocados en el perfil de WikiLeaks en Twitter se dice que "nadie aquí ha sido contactado por la policía sueca" y que había algunos avisos de posibles 'trucos sucios'.