Un cosmonauta que tenga entre 30 y 50 años de edad y participe en un vuelo espacial a largo plazo, vuelve a la Tierra siendo un viejecito de unos 80 años.
Esto no quiere decir que haya pasado en el espacio 30 años o que haya experimentado con la velocidad de la luz, sino que sus músculos se atrofian tanto que pierden un 40% de su capacidad habitual para las actividades físicas. Y esto corresponde a una edad de unos 80 años, según informa la revista Journal of Physiology.
A pesar de todos los complejos más complicados de carga física, máquinas de ejercicios y los trajes espaciales más avanzados, la ingravidez destruye los músculos del esqueleto.
El autor del artículo, el profesor Robert Fitts, hizo la biopsia de los músculos tríceps surales de nueve cosmonautas antes y después de sus misiones de 180 días de duración en la Estación Espacial Internacional (EEI). Los resultados revelaron que este grupo de músculos había perdido masa, fuerza y resistencia.
Descubrió, además, que los más severos entrenamientos físicos durante las preparaciones para el vuelo tampoco habían funcionado: los tripulantes más entrenados, con los músculos más desarrollados, mostraron las máximas pérdidas de masa muscular.
Fitts acentúa que el problema amenaza la seguridad de futuras misiones tripuladas de largo alcance. Por ejemplo, la NASA está elaborando un programa de la misión en Marte de 32 meses de duración: 10 meses en el vuelo hacia el Planeta Rojo, un año de labores de investigación en la superficie marciana y 10 meses más del vuelo de vuelta.
El científico afirma que es muy poco probable que los tripulantes sean capaces de cumplir con sus tareas en el espacio: sus músculos, los tríceps surales, en particular, resultarán un 50% más débiles. Y es más que obvio que en este caso los cosmonautas van a fatigarse muy rápidamente y les costará mucho realizar, incluso, sus labores más rutinarias siempre que eso conlleve ponerse un traje espacial.
Su vuelta a la Tierra resultará una empresa aún más peligrosa, ya que, por ejemplo, en caso de un aterrizaje de emergencia, no serán capaces de evacuarse rápidamente del vehículo accidentado.
Fitts subraya la necesidad de desarrollar y realizar pruebas con algunos métodos más eficaces para remediar la atrofia de los músculos, ya que en caso contrario un ser humano jamás podrá adentrarse en el espacio profundo.