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La danza mortal de las 'aves del terror'

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Científicos de Argentina, Chile, Australia y EE. UU. estudian las técnicas de caza de los forusrácidos, una familia extinta de aves no voladoras que hace 6 millones de años fueron los depredadores dominantes en América del Sur. Los resultados del estudio se publicaron en la revista PLoS ONE.
La danza mortal de las 'aves del terror'

Científicos de Argentina, Chile, Australia y EE. UU. estudian las técnicas de caza de los forusrácidos, una familia extinta de aves no voladoras que hace 6 millones de años fueron los depredadores dominantes en América del Sur. Los resultados del estudio se publicaron en la revista PLoS ONE.

Las 'aves del terror', como a veces se denomina a los forusrácidos, habitaban en el territoro de América del Sur en el periodo entre hace 60 y 3 millones de años, tras lo cual se extingieron por una causa desconocida, y se encontraban entre los carnívoros más temibles de su tiempo. Su altura oscilaba entre los 1,5 y los 3 metros, y su peso alcanzaba los 100 kilógramos.

La especie a la que los científicos eligieron para sus estudios, 'andalgalornis steulleti', de 1,5 metros de alto y 40 kilógramos de peso, no fue el más grande representante de su género, lo que no le impedía ser un depredador feroz.

Los invetigadores crearon un modelo informático tridimensional del craneo de la criatura, utilizando el método de tomografías axiales computerizadas (TAC) y también compararon varios patrones de movimiento del 'ave del terror' con los de un águila y un cariámido o chuña, el ‘pariente’ más próximo a las aves prehistóricas existentes en la actualidad. Se reveló que, a diferencia de las aves modernas, los huesos del craneo del 'Andalgalornis' eran muy rígidos, lo que convertía su cabeza en una herramienta muy efectiva de caza.

No obstante, al mismo tiempo su craneo era bastante frágil en caso de movimientos laterales, lo que le restaba efectividad en los enfrentamientos directos con su víctima. Teniendo unos potentes músculos en el cuello, el depredador lanzaba su duro pico contra la presa de arriba hacia abajo, como si fuera un hacha.

Asimismo los científicos comprobaron que el 'ave del terror' tenía una mordedura más débil que la mayor parte de los mamíferos carnívoros depredadores de tamaño similar. Sin embargo, la fuerza de los golpes que el 'Andalgalornis' daba con su cabeza, junto con la estructura del pico, con una terminación en forma de gancho, así como la agilidad y la velocidad con la que se desplazaba con sus fuertes piernas, le ayudaba al forusrácido a terminar fácilmente con sus presas.

Los científicos suponen que el único competidor del 'ave del terror' podría ser el 'thylacosmilus', el tigre marsupial dientes de sable. En su opinión, en aquella época estos dos depredadores podrían estar en la cima de la pirámide alimenticia. El tigre era un ser más fuerte, pero el 'andalgalornis' le superaba en cuanto a agilidad.

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