Según informó hoy la agencia japonesa Kyodo, el tribunal de la localidad de Aomori, al norte de Japón, condenó a un año de prisión a dos activistas japoneses de la asociación ecologista Greenpeace, que luego fue conmutada por tres años de libertad condicional.
Los dos ecologistas, Junichi Sato de 33 años, y Toru Suzuki de 43, fueron hallados culpables de robar carne de ballena. En abril de 2008, Sato, coordinador de Greenpeace Japón, y Suzuki se apoderaron de una caja con 23 kilos de carne de ballena de 59.000 yenes (700 dólares), cazada por el ballenero Nissin Maru, para demostrar que los cetáceos eran capturados con fines comerciales y no científicos. La caja estaba en un almacén de la compañía transportista Seino Transportation en Aomori y, según los fiscales, iba a ser enviada a la tripulación del Nissin Maru como regalo.
La fiscalía pedía un año y medio de cárcel para cada uno de los activistas, mientras su defensa reclamaba la absolución. Sato y Suzuki mantienen que actuaron de esa forma con el objetivo de acusar a los tripulantes del ballenero Nisshin Maru de contrabando de carne de ballena, lo que ha sido desestimado por los fiscales. Greenpeace denunció que 'Los dos de Tokio', como llama a sus activistas, fueron retenidos bajo custodia policial durante 23 días después de ser detenidos.
Mientras, los activistas rusos de Greenpeace están llevando a cabo una manifestación de apoyo a los dos ecólogos japoneses, frente de la embajada de Japón en Moscú. Según las fuerzas de seguridad, cinco personas trajeron a la embajada la pancarta que expresa en ruso, en inglés y en japonés “Ser un activista no es un crimen”, y así muestran su desacuerdo con la desición del tribunal.
En la foto aparecen Toru Suzuki (izqd) y Junichi Sato, en la oficina de Greenpeace de Tokyo.