Se conmemora el Día Mundial del Alzheimer
El 21 de septiembre fue establecido por la Organización Mundial de la Salud y la federación internacional del Alzheimer (ADI, por sus siglas en inglés) como 'Día Mundial del Alzheimer'. El propósito de esta conmemoración es difundir información respecto a la enfermedad y solicitar el apoyo y la solidaridad de la soiedad y de los organismos públicos.
Diagnoticada por el neurólogo alemán Alois Alzheimer en 1906, no fue hasta los años 80 cuando cundió la alarma, tras detectarse que afectaba ya a cientos de miles de personas, entre ellas el ex presidente Reagan, Rita Hayworth o, en España, a Adolfo Suárez y Pascual Maragall.
La enfermedad de Alzheimer es un desorden progresivo, degenerativo e irreversible del cerebro, que causa la debilitación, la desorientación y una eventual muerte intelectual. La enfermedad es devastadora, aunque tarda muchos años en provocar la muerte. Difícil de diagnosticar, afecta sobre todo a los mayores de 65 años y se desconoce todavía la forma de curarla o de prevenirla.
Esta enfermedad afecta a más de 25 millones de personas en el mundo. Cada siete segundos se produce un nuevo caso, lo que supone 4,6 millones de enfermos más por año, con una previsión de crecimiento mantenido.
El Alzheimer tiene, también, un coste enorme para quienes cuidan a los enfermos, en su mayoría familiares que asisten, impotentes, a la pérdida de un ser querido cuyo cuerpo parece ser habitado por un desconocido.
Según el presidente de la Asociación estadounidense del Alzheimer, Harry Johns, citado por Reuters, el cuidado de los enfermos cuesta unos 604.000 millones de dólares anuales para la economía mundial, lo que constituye más de 1% del PIB mundial.
El experto dice que, para 2050, el volumen del mercado de la demencia puede crecer el triple, debido al aumento de la cantidad de enfermos.
La Dra. Daisy Acosta, presidenta del Alzheimer's Disease International (ADI) dice: "ésta es una llamada de atención que nos advierte que la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia constituyen la crisis sanitaria y social individual más importante del siglo XXI". "Tristemente, los gobiernos del mundo no están preparados para las perturbaciones sociales y económicas que esta enfermedad provocará", agrega.