Debido al calor inusual y a los incendios forestales que azotaron Rusia en los meses de verano de 2010, en julio y agosto del año en curso en Rusia murieron 55.800 personas más que en el mismo período de 2009.
De ello trata el informe Sobre el resumen del desarrollo social-económico de la Federación Rusa en el período entre enero y septiembre de 2010, publicado en la página web del Ministerio de Desarrollo Económico de Rusia.
Los datos que alegan los autores del informe se basan en la información estadística operativa del Servicio Federal de Estadísticas de Rusia (Rosstat). Según el servicio, en julio de 2010 en Rusia murieron 14.500 personas más que en julio de 2009, y el número de muertos en agosto superó la tasa del año pasado por 41.300 personas. Este crecimiento se asocia con "el calor anómalo, los incendios forestales y el humo", indica el documento.
En total, en el período entre enero y agosto de 2010 en Rusia fueron registrados 37.700 fallecimientos más que en el mismo período de 2009. Según afirmó la titular de Salud Pública y Desarrollo Social de Rusia, Tatiana Gólikova, la mayoría de los casos se deben a infartos, congestión cerebral, así como al desarrollo de condiciones patológicas.
El miércoles, el viceprimer ministro de Rusia, Alexandr Zhúkov, encomendó al Ministerio de Salud Pública y Desarrollo Social elaborar un conjunto de medidas que deberían tomar los empleados de los servicios médicos, para condiciones de calor anómalo, con el fin de prevenir el aumento de las tasas de mortalidad.
El verano de 2010 ha sido el más caluroso en la zona central de Rusia de toda la historia de las observaciones meteorológicas del país. En Moscú, prácticamente cada día se establecieron nuevos récords de altas temperaturas, muchas veces el mercurio sobrepasaba los 38 grados centígrados.
La situación empeoró por el humo de las turberas y bosques en llamas que provocaron un aumento al triple de la norma de concentración de sustancias tóxicas en la atmósfera.