Investigadores canadienses elaboraron un método para obtener células de sangre humana a través de las células de la piel, lo que ofrece una fuente abundante de material para transfusión sanguínea.
Los autores del estudio, el equipo científico de la Universidad McMaster de Canadá dirigidos por el doctor Mick Bhatia, demostraron el proceso de la transformación de las células de la piel a varios tipos de células sanguíneas, que pueden funcionar como células naturales de la sangre humana. El trabajo ha sido publicado en la revista Nature.
El método de obtener estas células artificiales de la sangre no presupone su transformación en las denominadas células madre pluripotentes inducidas (IPS), semejantes a las células madre embrionarias.
A pesar de ser muy eficaz y prometedor, la utilización de las células estaminales de los embriones humanos en la medicina todavía está bajo prohibición debido al problema ético de su obtención. Por eso, los científicos están buscando un método de transformar las células adultas humanas para obtener unas células idénticas por sus propiedades a las embrionarias, es decir, que puedan transformarse en células de todo tipo de tejidos.
Recientemente varios grupos de investigadores informaron sobre exitosos experimentos en el ámbito de la transformación de las células adultas en células estaminales. Sin embargo, estos métodos todavía no se han puesto en práctica debido a su poca efectividad. Además, los científicos recelan que las células inducidas pluripotentes puedan ser cancerígenas.
Asimismo las células de la sangre, obtenidas por este método, se diferencian de las naturales: son incapaces de producir suficiente hemoglobina –la proteína en los glóbulos de la sangre que transporta el oxígeno de los órganos respiratorios a los tejidos del organismo–.
El equipo de Bhatia logró obtener unas mejores células artificiales sanguineas de los fibroblastos (un tipo de célula del tejido conectivo) sin transformarlas en pluripotentes. Tras una serie de procedimientos se puede obtener no solamente eritrocitas, capaces de transportar el oxígeno, sino también otros tipos de células sanguíneas: mieloides, monocitos y granulocitos.
En sus experimentos los científicos mostraron que estas nuevas células sanguíneas no son cancerígenas, pues pasan solamente unos cuantos ciclos de división. Además, las células artificiales obtenidas por este método no corren riesgo de sufrir rechazo.
En la opinión de los autores, su descubrimiento puede ayudar a los pacientes que necesitan una transfusión sanguínea. Por ejemplo, a los pacientes con leucemia que no se pueden donar sangre a sí mismos pero necesitan células de la sangre después de la eliminación de las células leucémicas. Sin embargo, los ensayos clínicos en los humanos no se esperan antes de 2012.
Según afirman los investigadores, ya se están llevando a cabo exitosos experimentos para transformar los fibroblastos en neuronas y en células cardiacas, lo que significa un paso adelante en la medicina regenerativa. Es muy probable que en el futuro los pacientes puedan reemplazar sus tejidos y órganos dañados enteros a través de las células propias de su organismo.