Wikiguerra: ¿un nuevo tipo de confrontación en la red?

Los defensores del proyecto WikiLeaks, indignados por el arresto del fundador del proyecto, Julian Assange -quien publicó 250.000 mensajes secretos de los diplomáticos estadounidenses-, ya realizaron un ataque exitoso a varios sitios web que negaron su apoyo al proyecto. Ahora declaran que su siguiente objetivo son los portales de Interpol y de los gobiernos de de EE. UU., Francia y Australia.

Una venganza muy cruel

Su lema son las palabras del ex letrista de Greateful Dead, creador de la Fundación Frontera Electrónica y autor de la Declaración de Independencia del Ciberespacio, publicadas para sus seguidores en Twitter la semana pasada: "el campo de batalla es WikiLeaks. Vosotros sois las tropas". La iniciativa se bautizó 'Operación: Payback' ('Operación:Venganza').

Mientras que el fundador de WikiLeaks permanece detenido por la seguridad británica, los partidarios de Assange, unidos bajo el apodo de 'Anonymous', desencadenaron una ofensiva, bloqueando los sitios web del sistema de pagos on-line PayPal, que había rechazado recaudar las donaciones para el proyecto, y de Visa y MasterCard, que se habían negado colaborar con WikiLeaks. También atacaron al banco suizo PostFinance, que había bloqueado la cuenta de WikiLeaks; el portal Amazon.com, que se había negado a alojar el sitio web; a la firma de abogados suecos representante de las dos mujeres que acusaron a Assange de abusos sexuales; y a la Fiscalía sueca.

Mientras, la policía de los Países Bajos ha detenido a un adolescente de 16 años sospechoso de la organización de los ataques cibernéticos a Visa y MasterCard. La investigación del caso de la 'ciberguerra' está siendo realizada por el departamento de crímenes cibernéticos. Según la fiscalía, se estableció que una serie de ataques fueron realizados desde este país. Luego de efectuarse registros y confiscado ordenadores, se logró encontrar al joven, que reconoció su rol en la organización de los ciberataques a dichos sistemas de pago.

Según comentan los legistas, se pueden realizar arrestos esporádicos, pero en general el mundo no está preparado para una 'guerra' cibernética masiva. El experto Iliá Goriáchev comenta, citado por el rotativo ruso 'Gazeta.ru', que la situación alrededor de Wikileaks y la resonancia que rodea a la persona del fundador de este proyecto han sido un bombazo y que se salieron de los límites de la regulación legislativa.

En tanto, los clones de WikiLeaks se extienden rápidamente por Internet. Horas después de arresto, el sitio se ha clonado más de mil veces.  Varios de los 'espejos' de WikiLeaks están ofreciendo archivos comprimidos que contienen todos los cables ya dados a conocer por el sitio de Internet, lo que facilita la búsqueda de contenido.

Las guerras cibernéticas de ayer y de hoy

En 2006 según los datos oficiales de US-CERT (la agencia estatal responsable por la seguridad de las redes civiles en EE. UU.), fueron registrados 2.172 ataques cibernéticos. En 2008 su cantidad aumentó a 5.488, y en 2009 ascendió a casi 10.000. Los expertos afirman que el problema es que todavía no se puede crear un sistema informático protegido al 100%, mientras que la maña de los hackers sigue aumentando.

Ya no se habla de aisladas tentativas de hackear el sistema de seguridad de un banco: se recela de un verdadero caos en los aeropuertos, plantas elécticas, la parálisis del transporte y del funcionamiento de oficinas y hospitales (un caso semejante ya se produjo en Taiwan en 2003). En un futuro próximo, en estas circunstancias, los especialistas lo consideran bastante probable.

Varios expertos opinan que el ciberespacio se parece al 'salvaje oeste': allí no están vigentes los convenios aprobados por la sociedad mundial. En sus advertencias, la atención se centra en los conflictos entre los Estados (lo que corresponde a la definición de la guerra como una forma de conflicto político). Los especialistas estadounidenses consideran como fuentes principales de la amenaza cibernética la actividad de los hackers de Rusia y de China, así como de las organizaciones terroristas.

¿Devotos o vándalos del mundo virtual?

Sin embargo, a pesar de que la sublevación virtual de los partidarios de WikiLeaks surgió bajo la marca de una guerra cibernética, varios expertos rechazan este título. Ataques semejantes se producen a diario, la diferencia es que al grupo Anonymous no le interesan las ganancias o el chanteaje. Buscan advertir al mundo sobre su postura e ideales: “Queremos transparencia y atacamos la censura”. Como señaló un representante. Los ciberataques de esas empresas son “la única manera eficaz de demostrarles que nosotros, la opinión pública, estamos descontentos”.

Así, los seguidores de Anonymous son 'hacktivistas', personas que defienden una idología u opinión utilizando herramientas digitales. Como buscan solamente reivindicar derechos, y no beneficios, sus acciones no se pueden considerar ilegales. Sin embargo, los métodos utilizados por el grupo (como  los ataques 'DDoS', que niegan el servicio a los sitios) pueden considerarse ilegales según la legislación de diferentes países.

El mismo John Perry Barlow, fundador de la Fundación Frontera Electrón, se opone a los métodos de Anonymous, considerándolos contrarios a la libertad de expresión. "Apoyo la libertad de expresión, no importa de quién, así que me opongo a los ataques de DDoS sea cual sea su objetivo", dijo, citado por Reuters. "Son el gas envenenado del ciberespacio”, agregó.

Anonymous actúa como un bandolero legendario: toma la justicia por su mano, pero al mismo tiempo perjudica a la sociedad. Por lo menos a los usuarios clientes de los sitios bloqueados, les causa pérdidas económicas y el daño a la reputación.

Mientras, hay otros expertos que indican que ha surgido un nuevo movimiento que puede cambiar el espacio virtual que conocemos. Resulta que la ciberguerra, si de ella se trata, en nuestros tiempos se está convertiendo en una actividad que no requiere mucho profesionalismo (numerosos usuarios se han descargado el software para convertir su ordenador en una parte de la red atacante y sumarse a la 'manifestación' virtual) y es mucho más anárquica de lo que se había recelado.