Los diputados de España aprobaron el martes una nueva ley antitabaco. La versión resultó ser una de las más duras en toda Europa.
Para no estropear las celebraciones de Nochevieja a los fumadores, la nueva legislación entrará en vigor el 2 de enero del año que viene. Desde entonces en los bares, restaurantes y discotecas, igual que en algunas zonas al aire libre -como parques infantiles o recintos de escuelas y hospitales-, ya no se podrá fumar.
Los legisladores comentan que la medida está destinada a defender, en primer lugar, los derechos de los fumadores pasivos, que se ven obligados a respirar el humo permanentemente, sin poder evitarlo. Se trata, por ejemplo, de los camareros que día a día sirven a los clientes con cigarrillos encendidos.
Las normativas existentes por el momento se aplican desde el año 2006 y son mucho menos restrictivas. Prohíben fumar sólo en los lugares de trabajo y en los transportes públicos. Según la ministra de Sanidad, Leire Pajín, para los españoles "no será fácil ni inmediato" aceptar la nueva versión de la ley.
Según la cifra del grupo parlamentario socialista, en España cada año unas 53.000 personas mueren debido a problemas de salud causados por ser fumadores activos. A este número se le añaden entre 1.500 y 3.000 víctimas fatales del tabaquismo pasivo.