En medio del frío siberiano el zoológico de Novosibirsk ha obtenido para esta fiestas navideñas un regalo de lo más maravilloso: el nacimiento de varios cachorros de un león africano que nadie esperaba hasta la próxima primavera.
El rugido del macho alertó a la zoóloga de guardia, que por suerte aún no se había dormido.
“Fue toda una sorpresa. Pensábamos que simplemente había subido de peso. Y de repente nos dio cachorros”, comenta la zootécnica Svetlana Zhelónkina.
Eso sí, su nacimiento no ha sido nada fácil: Constancia y Cleopatra sobrevivieron de milagro.
“Las primeras 12 horas les hacíamos masajes, las calentábamos y controlábamos su temperatura corporal hasta que volvió a la normalidad. Sólo entonces, como 9 horas después, pudimos darles de comer por primera vez”, comentó Rosa Soloviova, encargada de la sección de felinos.
Su madre no puede criarlas por falta de una jaula grande y dotada de calefacción, ya que a la intemperie hay una temperatura de 30 grados bajo cero. Como solución los empleados del parque decidieron encontrar a una perra que amamante a los cachorros. Aunque la madre nueva tiene más afecto por sus propias crías, adoptó a los pequeños felinos africanos, que por fin obtuvieron una nodriza.