Un grupo internacional de científicos solucionó un enigma histórico, al revelar cómo los vikingos podían navegar el mar en la niebla. El informe fue publicado en la revista 'Philosophical Transactions of the Royal Society B1'.
En la Edad Media, entre el 750 y el 1050 d.C. ellos gozaban la fama de guerreros arriesgados y navegantes inigualables. Según los estudios actuales, en esta época anterior a la existencia de la brújula, para determinar su posición en relación al Sol, los vikingos utilizaban ciertas rocas conocidas como 'la piedra del sol'.
Lo que hacían con estas piedras era comprobar la dirección de la polarización de la luz. La luz contiene ondas electromagnéticas que oscilan de forma perpendicular a la dirección en la que viaja. Cuando las oscilaciones apuntan todas en la misma dirección, la luz está polarizada. Un cristal polarizador permite que pase a través de ella sólo la luz polarizada procedente de ciertas direcciones. De esa manera, se podía detectar incluso los más débiles rayos de luz, averiguando así la posición del Sol, aunque el cielo estuviera cubierto de nubes o hubiera niebla.
Este método fue realmente muy útil, ya que durante el período del Sol de mediodía, o 'día polar', en las altas latitudes donde pasaban las vías acuáticas escandinavas, la luz del día no dejaba ver las estrellas. Lo interesante es que, si la brújula hubiera sido inventada ya en aquellos tiempos, tampoco les hubiera servido, porque la exactitud de este dispositivo baja al acercarse al polo.
Los vikingos guardaban el secreto de la piedra del sol con diligencia. Solamente personas escogidas lo poseían. Durante las misiones navales ellos ocupaban el lugar de consejeros.
En los textos de varias sagas se menciona el método de navegación con la ayuda de las piedras. Sin embargo, los científicos mantenían una postura escéptica hacia aquellos fragmentos, considerándolos no más que ficción artística.
En la década de 1960, Thorkild Ramskou, arqueólogo danés, supuso al analizar una de las leyendas, que se habría tratado de un cristal polarizador, una variedad de calcita, conocida como 'espalto de Islandia', común en los territorios escandinavos. Sus colegas opinaban que este método habría podido funcionar si el cristal se expusiera a un sector del cielo despejado, pero en este caso se puede determinar la posición del Sol a simple vista, por ejemplo, por los reflejos en las nubes.
Desde 2005 que Gábor Horváth, de la Universidad Eötvös en Budapest, y Susanne Åkesson, de la Universidad de Lund, Suecia, estudian la polarización de la luz solar. En un experimento, los investigadores fotografiaron el cielo nuboso en Finlandia y pidieron a los voluntarios que detectaran la posición del Sol. Como resultado, los participantes cometían errores que alcanzaban los 99 grados. Se mostró entonces que una persona no puede encontrar el Sol en condiciones de densa nubosidad a simple vista. Así, en este caso, los vikingos habrían tenido un 'dispositivo' especial para resolver este problema.
La efectividad de la 'piedra del sol' fue probada en 2005, cuando los científicos atravesaron el Océano Ártico en el rompehielos sueco Odin, exitosamente determinando la posición del Sol en varias condiciones meteorológicas. Ahora, los investigadores planean nuevos experimentos para comprobar la efectividad del método.
Sin embargo, algunos expertos creen que a los vikingos les bastaba con señales como las líneas de las costa, los patrones de vuelo de las aves, las rutas de migración de las ballenas, todos temas que tratan los antiguos textos. En este sentido, lo cierto es que el uso de los cristales para la navegación podría ser comprobado solamente con un hallazgo arqueológico de un navío vikingo con una piedra solar a bordo.