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La planta húngara todavía contamina el río Marcal con residuos tóxicos

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La planta de alúmina Ajkai Timfoldgyar Zrt, en Hungría, que provocó la mayor catástrofe ecológica en Europa en 2010, continúa arrojando residuos nocivos con una peligrosa concentración de arsénico al río Marcal, informa Greenpeace Alemania.
La planta húngara todavía contamina el río Marcal con residuos tóxicos

La planta de alúmina Ajkai Timfoldgyar Zrt, en Hungría, que provocó la mayor catástrofe ecológica en Europa en 2010, continúa arrojando residuos nocivos con una peligrosa concentración de arsénico al río Marcal, informa Greenpeace Alemania.

El 4 de octubre en la planta industrial, situada a unos 160 kilómetros al suroeste de la capital húngara, Budapest, se produjo una explosión que provocó una fuga de residuos, el llamado 'barro rojo'. La superficie del vertido, de 1,1 millones de metros cúbicos de lodo tóxico, alcanzó los 40 kilómetros cuadrados y se inundaron 300 casas en tres localidades cercanas. Diez personas murieron y cerca de 150 resultaron heridas. El sistema ecológico del río Marcal, donde se vertieron los residuos, resultó completamente destruido y la compañía responsable del accidente fue nacionalizada.

Los especialistas de Greenpeace informaron que la planta arroja residuos de origen desconocido al río Marcal y que el barro rojo contiene una cantidad ‘alarmante’ de arsénico y supera considerablemente los límites admisibles en cuanto a aluminio y a carbono orgánico.

Al analizar las pruebas de las aguas residuales de la planta en el laboratorio del Ministerio de Medioambiente de Austria, los químicos establecieron una concentración del asénico de 1.300 microgramos por litro, mientras que en Alemania y en Austria el nivel máximo permitido de los residuos de arsénico es de 100 microgramos por litro. Según informa Greenpeace, este elemento es tóxico para las plantas y animales y puede acumularse en los organismos de los invertebrados y afectar al sistema nervioso de los humanos.

Además, se reveló qie la concentración del aluminio en los deshechos es de 200.000 microgramos por litro, que supera en 100 veces el nivel máximo permitido, según las normativas austriacas. Asimismo la concentración del carbono orgánico es cinco veces más alta que lo permitido (que es 130 miligramos por litro). Según explican los ecólogos, las cantidades excesivas de carbono orgánico pueden perjudicar o detener el proceso de autopurificación de los cuerpos del agua.

Los ecologistas creen que la causa del vertido de la planta de aluminio es la cantidad insuficiente de contenedores para guardar el barro rojo. El depósito destruido que había provocado la catástrofe no ha podido ser reconstruido hasta ahora y los depósitos menores ya están llenos del fango, indica Greenpeace.

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