El juez ecuatoriano Nicolás Zambrano condenó a la empresa norteamericana Chevron-Texaco a pagar 8.000 millones de dólares de indemnización por daños ambientales y daños a la salud de los pobladores de la Amazonia de Ecuador en el famoso caso de los Campos Petroleros de Lago Agrio, conocido también como el Chernóbyl Amazónico. Esta suma incluye reparaciones a los territorios aledaños a la operación y compensaciones por daños a la salud de las comunidades.
El abogado Pablo Fajardo, representante de los querellantes, dijo en un comunicado que el juez de la causa "dictó una sentencia condenatoria en contra de Chevron".
Por su parte, el portavoz de la empresa estadounidense, James Craig, confirmó que la firma fue informada de la sentencia y señaló que esta "es ilegítima e inejecutable. Es producto de fraude y contraria a la evidencia científica".
El fallo llega después de más de 17 años de litigios. Desde 1972 hasta 1993 Chevron, en consorcio con la petrolera ecuatoriana Petroecuador, explotó los Campos Petroleros de Lago Agrio en la provincia de Sucumbíos. Según activistas medioambientales, la compañía acumuló el agua tóxica proveniente de los pozos en piletas al aire libre, en vez de reinyectarla dentro del pozo petrolífero, lo que contaminó las fuentes regionales de agua.
En 1993 los 88 pobladores de la Amazonia de Ecuador demandaron colectivamente a Chevron por contaminación y por daños a la salud de los habitantes, por deforestación y destrucción cultural. La demanda fue presentada en la Corte Federal de Texas. Un año más tarde el mismo grupo presentó una demanda ante los tribunales de Nueva York. Ambas cortes desecharon las demandas poco después. Finalmente, en el año 2003 la demanda ambiental en contra de Chevron-Texaco fue llevada ante la Corte Superior de Sucumbíos.
Chevron, por su parte, siempre mantuvo que las responsabilidades por los daños y la limpieza son de Petroecuador, que desde 1993 ha sido el único dueño del consorcio, y del Gobierno del país. La empresa dice que la mayor parte de los daños pertenecen a las actividades de Petroecuador (de 1990 en adelante), incluyendo derrames del sistema de tuberías que Petroecuador no mantuvo.
En 2009, en el Sundance Film Festival se proyectó 'Crudo', un documental estadounidense sobre la demanda colectiva de los ecuatorianos a la empresa estadounidense. En la película, producida por Joe Berlinger, se muestran los daños producidos: contaminación a la tierra y el agua, así como daños a la salud como cáncer, leucemia, erupciones en la piel de los niños y otros trastornos. Además de esta lucha legal, 'Crudo' muestra entrevistas de ambas partes implicadas, explora la influencia del caso en los medios y el poder de las corporaciones multinacionales.