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El alcoholismo juvenil amenaza a la juventud rusa

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Muchos jóvenes ven el consumo de alcohol como una diversión, pero con el tiempo se convierte en un problema muy grave. Sin embargo, las autoridades no controlan rigurosamente el acceso de los adolescentes a la bebida. Según los últimos estudios, en Rusia hay alrededor de 60.000 alcohólicos a

Muchos jóvenes ven el consumo de alcohol como una diversión, pero con el tiempo se convierte en un problema muy grave. Sin embargo, las autoridades no controlan rigurosamente el acceso de los adolescentes a la bebida.

Según los últimos estudios, en Rusia hay alrededor de 60.000 alcohólicos adolescentes. Cada dos de tres jóvenes de entre 13 y 16 años beben cada día.

"El problema reside en que los niños empiezan a consumir alcohol de forma constante a la edad de 14-15 años. Se necesita poco tiempo para desarrollar la dependencia. Por eso, cuando vienen a buscar ayuda ya es demasiado tarde y a veces no los podemos rescatar de esa situación", dice Yevgueni Briun, jefe del Departamento del Ministerio de Sanidad.

En Rusia está prohibido vender alcohol a menores de 18 años, pero en muchas tiendas hacen oídos sordos a esta normativa. El equipo de RT ha acompañado con una cámara escondida a activistas de una organización juvenil para comprobar si de verdad es tan fácil para los jóvenes comprar una botella de alguna bebida de fuerte graduación. En solo unos minutos los activistas han encontrado que no hay ningún tipo de restricción por parte de los comerciantes a la hora de vender alcohol a menores de edad.

Muchos echan la culpa a las multas demasiado bajas que se imponen por ese delito, no son ni de cerca lo que se puede ganar vendiendo cerveza a los adolescentes. Por eso, son pocos los vendedores que les van a negar la venta.

Pero en uno de los almacenes más populares de la capital, la situación fue más alentadora. Allí el experimento no funcionó. A las chicas que intentaban comprar alcohol les pidieron la documentación.

"Desgraciadamente, uno de cada dos quioscos o supermercados venden cigarrillos o bebidas alcohólicas a adolescentes. Pero también tenemos que resaltar las tendencias positivas que estamos observando", dijo el activista Semión Danilov.

El Parlamento ruso, por su parte, está introduciendo castigos más severos a los que venden alcohol o tabaco a menores. Pero aparte del Estado, son las familias las que deberían esforzarse un poco más en la educación de sus hijos.

"Los padres son responsables de sus niños hasta que estos cumplan 18 años. Si les hacemos pagar una multa cuando sus hijos beben o fuman, el nivel de su responsabilidad aumentaría", señaló el diputado de la Duma Estatal Robert Schléguel.

Sin embargo, para los dueños de las tiendas ganar dinero es más importante que la salud de los consumidores, ya sean menores o no. Y al venderle vodka a un quinceañero lo hacen sin pensar que le están cobrando mucho más que el valor de la bebida.

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