El cerebro de los criminales es diferente anatómicamente

La Clínica Mayo en EE. UU. realizó un estudio neurocientífico dedicado a la composición anatómica del cerebro de los criminales. Descubrieron que el volumen de la circunvolución media del lóbulo frontal del cerebro de la gente con comportamiento antisocial -el lóbulo frontal contiene la corteza m

La Clínica Mayo en EE. UU. realizó un estudio neurocientífico dedicado a la composición anatómica del cerebro de los criminales. Descubrieron que el volumen de la circunvolución media del lóbulo frontal del cerebro de la gente con comportamiento antisocial -el lóbulo frontal contiene la corteza motora primaria, es decir, las neuronas que controlan los músculos del cuerpo- es un 18% más pequeña que el promedio estándar de los individuos sin trastornos de comportamiento. Otra característica de los criminales es el volumen reducido en un 9% de la circunvolución orbital.

Investigaciones anteriores de varios grupos de científicos dedicados al análisis de reacciones conductistas concluían que el comportamiento antisocial se caracteriza por la falta de empatía y de los sentimientos de lástima y de culpa, lo que iguala en ese sentido a los criminales con las personas con trastornos mentales. Es un hecho comprobado ya que un trastorno mental grave presupone deformación de la amígdala cerebral: se reduce un 18% frente a la de los individuos del grupo de control. La amígdala es un conjunto de núcleos de neuronas cuyo papel principal es el procesamiento y almacenamiento de reacciones emocionales.

Un equipo de especialistas de la Universidad de Pensilvania realizó un estudio con 1.795 niños a lo largo de 20 años, con edades entre 3 y 23 años, analizando varios aspectos de su crecimiento y desarrollo.

Cuando los participantes tenían 3 años de edad pasaron una prueba destinada a medir su respuesta al miedo. Los niños oían un sonido y recibían una minúscula descarga eléctrica. En la mayoría de los niños durante los experimentos posteriores el mismo sonido por separado provocaba una reducción involuntaria de los músculos. Sin embargo, en otra parte de los participantes no se desarrolló el reflejo automático del miedo. Los científicos comentan que la mayoría absoluta de esta parte de niños, unos 137, se convirtieron luego en criminales.

Sin embargo, los parámetros biológicos iniciales no pueden ser considerados como factores imprescindibles que predeterminan un futuro criminal. Los expertos que se dedican a estudiar el desarrollo del cerebro comentan que tanto la composición anatómica, como el funcionamiento de la corteza, pueden cambiar con el tiempo, incluso en la edad madura ya.

Además, hay algunos casos en los que un delincuente deja sus actividades antisociales y cambia su vida por completo. Al realizar una serie de estudios, expertos estadounidenses de la Universidad de Pittsburgh revelaron que el cerebro de una persona que en el pasado fue un criminal no se distingue del cerebro de un criminal 'en activo'.

En cuanto a la actividad agresiva en los niños causada por características anatómicas de su cerebro, los fisiólogos comentan que en una edad temprana es posible compensar el volumen reducido de una zona con una dieta especial. El ingrediente principal de la dieta es el aceite de hígado de bacalao, que es capaz de estimular el aumento del número de células nerviosas en las zonas con déficit de volumen y disminuir así la inclinación a la agresión y violación de las normas sociales.

Los psicólogos añaden que es más fácil educar a los niños que sufren reacciones emocionales debilitadas (falta de algunas clases de sentimientos) apreciando su buen comportamiento en vez de castigarles si hacen algo malo.