La central de Belo Monte costará a Brasil 500 km² de selva
Los 11,2 gigavatios de energía adicionales que se obtendrán gracias a la central de Belo Monte costarán a Brasil más de 500 kilómetros cuadrados de selva talada e inundada, además de 10.600 millones de dólares en inversiones. Las obras para realizar el tercer proyecto más grande de una central hidroeléctrica en el mundo se iniciaron cinco días después de que un tribunal levantara la suspensión de la construcción.
Hace dos semanas, un juez federal señaló que la agencia de Medio Ambiente de Brasil había aprobado el proyecto de la central de Belo Monte sin garantizar que se cumplieran los requisitos medioambientales que se habían acordado, especialmente los planes para la recuperación de las zonas degradadas. Por este motivo, canceló el permiso antes concedido para realizar las obras. Pero a pesar de esto, el pasado jueves un tribunal de instancia superior sentenció que no había necesidad de que todas las condiciones se cumplieran antes de comenzar el proyecto.
Belo Monte se ubicará en el municipio de Altamira, en el Estado de Pará, a orillas del río Xingú, que es un importante afluente del Amazonas. Bajo las airadas protestas de los ecologistas, el consorcio Norte Energía acaba de inaugurar los trabajos de apisonado del terreno en donde se establecerá la represa. Las preparaciones de dicha empresa han provocado también, desde hace varios años, las protestas de los campesinos locales, en su mayoría indígenas. Se estimó que la represa podría extinguir a 372 especies de peces que habitan el río Xingú.
Más allá de las inquietudes ambientales, cerca de 50.000 personas corren el riesgo de ser expulsados de sus domicilios por el crecimiento de un pantano artificial. Asimismo los opositores al proyecto insisten en que la obra es demasiado costosa para el volumen de energía que puede generar.
Contando solo las instalaciones existentes, Brasil es la tercera productora a nivel mundial de energía generada por recursos hídricos, con 364 teravatios por hora. Los expertos energéticos brasileños consideran que la central de Itaipú, a la que en potencia solo es superada por la presa china de las Tres Gargantas, es una de las creaciones más maravillosas del mundo moderno. Mientras que para otros, es un símbolo de ultraje de la naturaleza.
Itaipú, que es un proyecto binacional con Paraguay, genera hasta el 25% de la electricidad que consume Brasil. Mientras que la de Belo Monte aportará el 20% de la necesidad energética nacional. Una vez edificada, reemplazará en la tercera posición entre los complejos hidroeléctricos con más potencia en el mundo a la central Simón Bolívar, situada en Venezuela.