Los tsunamis más devastadores de la historia reciente
Los tsunamis son un fenómeno bastante raro de la naturaleza, y es precisamente ese desconocimiento una de las razones por los cuales representan un grave peligro para los habitantes de las costas de los océanos. El hombre todavía no está acostumbrado a responder a ese tipo de amenazas, y eso provoca muchas víctimas. Desde que existen datos registrados confiables, el número de víctimas de estos fenómenos se cuentan por centenares de miles de personas.
La ola más devastadora de todos los tiempos documentados tuvo lugar tan solo hace 7 años, en 2004. Un maremoto en el Océano Índico, cerca de las costas de Indonesia, costó la vida a unas 235.000 personas, a la mayoría de ellos, precisamente en ese país. Sin embargo, las devastaciones no se limitaron solo a Indonesia.
Tailandia, Sri Lanka, Somalia y hasta la ciudad de Puerto Elizabeth, en Sudáfrica, situada a unos 7.000 kilómetros del epicentro del maremoto, sufrieron grandes devastaciones e importantes pérdidas humanas. El enorme número de víctimas en 2004 se explicó por la falta de un sistema de detección de tsunamis en el Océano Índico y también por la falta de un sistema de aviso a la población en las regiones costeras de Indonesia.
Antes de este caso, algo comparable tuvo lugar en el siglo XIX, cuando un tsunami en el año 1883, en la misma región, se cobró la vida de unos 36.000 habitantes de las islas de Java y Sumatra. El desastre fue producido por la erupción del volcán Krakatoa, situado entre las islas afectadas. Una explosión despedazó la montaña y formó una enorme ola en el océano. La potencia fue estimada en aproximadamente 7.000 bombas atómicas como la de Hiroshima.
El siglo XX fue más benévolo, en lo que respecta al número de víctimas de tsunamis. Murieron en total 4.000 personas, aunque en dos acontecimientos diferentes.
En 1952, un tsunami con olas de una altura de entre 15 y 18 metros destruyó la ciudad rusa de Severo-Kurilsk, en el Oriente Lejano de Rusia, y otras localidades cercanas. Fue causado por un potente maremoto, cuyo epicentro se encontraba a unos 130 kilómetros de la península de Kamchatka, donde se encuentra la ciudad. El saldo de víctimas mortales ascendió a 2.000 personas.
Y en 1998 hubo la misma cantidad de víctimas mortales, cuando un maremoto en la parte noroeste de Papúa Nueva Guinea originó un tsunami que golpeó con fuerza la zona costera del país.